Hay una remota isla en mitad de un mar perdido. Ummm…no , no te voy a decir donde, sino dejarían de ser un mar perdido y una isla remota. Ya nadie sabe guardar secretos.
Por donde iba?…
Ahh... sí. Una remota isla en un mar perdido. Una isla que está habitada por monos. Una antigua estirpe de monos que después de viajar por todo el planeta decidieron vivir en aquella isla a la que llamaron Edén. Cuentan que eran muy felices caminando desnudos por ella, despreocupados y libres. Pero eso fue hace mucho, mucho tiempo. Hoy llevan ropas y hablan por teléfono y ya no son tan felices.
El protagonista de nuestra historia vivía allí. Era un mono más. Bueno, no exactamente. Por las noches salía a caminar desnudo y saltaba de un árbol a otro, mientras aullaba extrañas canciones. Los otros monos decían que era un mono loco, que perseguía
Una noche, ellas, decidieron cambiar su destino. Abandonaron aquel cielo estrellado y se dirigieron a un árbol que por las noches rascaba la espalda de
El mono como todas las noches salió a perseguir las estrellas en aquella danza infinita. Era feliz. Pero esa noche sucedía algo extraño. El cielo ya no brillaba como antes. Faltaban dos estrellas, las más bellas. Aquellas que se escondían a jugar entre las otras, mirándole tímidamente. Transcurrieron las noches y las estrellas perdidas nunca volvieron. El mono perdió el interés, ya no quería salir a bailar. Se escondía al fondo del bosque. Gritaba. Saltaba. Se golpeaba el pecho…. Un día entre los árboles descubrió un brillo que le resultó familiar. Se acercó y vio a una princesa llorando. Era muy bella y parecía asustada. El la consoló y abrazó. Se sentía bien a su lado, así que se quedó con ella.
Y pasaron muchos días, no se cuantos....
Hasta que se sintió suficientemente confiado como para contarle su historia. Le habló de las estrellas, de aquel bimbabumbabum, de las danzas de nocturno insomnio y de las noches que pasaron juntos. De sus alegrías y de su tristeza. Ella le miró. Más intensamente que nunca. Como si quisiera decir algo. Pero no dijo nada. Súbitamente…un brillo recorrió su mirada. Él se acercó ,más, más, más. Y descubrió lo imposible. Estaban allí. Siempre habían estado allí. Las estrellas que perseguía estaban ahora bailando en los ojos de aquella princesa que sonreía mirándole. Siempre allí. Ya no se apagarían al llegar el día y el bimbabumbabum le acompañaría siempre, cada vez que la mirara a los ojos, bailarían secretamente. Dondequiera que estuvieran cuandoquiera que fuera. Ya no habia distancia, ni tiempo que los separara.
Esta obra está bajo una
licencia de Creative Commons.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Bienvenido a KidAngelMeetsReyMono, estoy encantado de escuchARTE...